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Poesía de hace unos días

Ser fuego

Me he cansado de ser fuego
y que mis heridas me abrasen
mientras alimenta el viento
la furia con la que nacen.

Me he cansado de ser incendio
que no se consume,
negarme ser brasa, apenas flama,
por empeñarme a ser llama.

Me ha cansado el fervor
por la palabra vehemencia
cuando no solo el ardor
brinda calor y comienzo.

Esta primavera la Tierra quiere lluvia,
la indigencia quiere hogar,
el cansancio quiere paz,
los rostros quieren respirar.

Esta primavera extraña el viento
que desliza los recuerdos
que suscita al respirar
que se lleva como caricia la injusticia
sin cuerpo ni lugar en el espacio,
dejando ausencia a su paso
como el perfume de lluvia
que solo llega cuando para
de llorar el cielo, de reír a gotas,
que envuelve en la memoria
cuando se ha ido la persona.

Esta primavera trae otoños
desde que no hay agua que nutra
la semilla para crecer,
la raíz para sostener.
La tierra entra a mis ojos
con las ráfagas de enojo
¿cómo pensar que es estática?
si se desplaza y es errática.
¿Cómo pensar que es eterna
si el otoño está en la primavera?

Me he cansado de agotarme
sin sentido ni respiro,
renuncio ahora a obligarme
a querer seguir siendo suspiro,
cuando puedo ser la hierba
que se nutre con el sol,
bocanada de aire que se convierte en voz.
Renuncio a ser susurro
que aniquila el silencio
para ser la danza del tiempo,
tierra navegante sin asentarse,
todo a la vez
y a veces nada
porque me he cansado
de que el frío queme
y el sol no refresque.